Comenzamos preparando nuestro puré de calabaza. Para ello hervimos nuestra calabaza durante 15 o 20 minutos (si utilizáis olla exprés será más rápido), la escurrimos bien y la trituramos con la ayuda de un tenedor o una batidora.
Es importante escurrir bien la calabaza para retirar todo el agua antes de hornear nuestro pumpkin bread.
Precalentamos el horno a 180º Centígrados (356º Fahrenheit) y preparamos un molde rectangular con papel de horno y/o spray desmoldante y harina. Yo he utilizado un molde de cake alargado de 20x11 cm.
En un bol mezclamos los ingredientes secos: harina, sal, azúcar, levadura en polvo, canela, nuez moscada, jengibre y clavo. Reservamos los ingredientes secos.
En otro recipiente mezclamos los dos huevos, el puré de calabaza y el aceite de girasol con ayuda de unas varillas.
Mezclamos poco a poco los ingredientes de nuestro pan de calabaza añadiendo nuestros ingredientes secos a la mezcla de huevos, aceite de girasol y puré de calabaza. Podemos utilizar una batidora de mano o unas varillas para mezclar.
Por último, añadimos el chocolate troceado con la ayuda de una espátula para incorporarlo a la masa de nuestro pastel.
Vertemos la mezcla de nuestro cake de calabaza sobre el molde previamente engrasado.
Decoramos en primer lugar realizando un corte a lo largo en la masa líquida para ayudar que el cake suba de forma uniforme y a continuación añadimos las pepitas de chocolate
Horneamos a 180º Centígrados durante 40-50 minutos, en función de nuestro horno. Para evitar que se queme la parte superior podemos cubrir el pan de calabaza con papel de aluminio los últimos 20 minutos de horneado.
Dejamos enfriar y ¡a disfrutar!