Comenzamos preparando la base de nuestra tarta de queso, para ello trituramos las galletas Princesa, podemos hacerlo a mano o con la ayuda de un robot de cocina, esto nos facilitará el trabajo. Os daréis cuenta de que estas galletas son muy crujientes.
Derretimos 100 g de mantequilla y los mezclamos con las galletas trituradas.
Forramos con papel de hornear o engrasamos nuestro molde y colocamos la mezcla de galletas trituradas y mantequilla dándole forma de base de nuestra tarta, podemos utilizar un vaso para ayudarnos a presionar la tarta contra el molde y crear los bordes, resulta muy útil.
Para preparar nuestro relleno mezclamos la crema fresca o creme fraiché con unas gotas de vinagre, una pizca de sal y una cucharadita de limón y removemos.
Mezclamos la creme fraiche con el queso crema hasta conseguir una textura uniforme, es importante no batir en exceso para que la mezcla no tenga demasiado aire.
Añadimos los 3 huevos y 1 yema, 1 cucharadita de extracto de vainilla, azúcar y 2 cucharadas de Maizena, mezclamos todo.
Precalentamos el horno a 200º Centígrados (392º Farenheith).
Horneamos nuestra tarta de queso aproximadamente 1 hora, en función de vuestro horno.
Dejamos enfriar a temperatura ambiente durante al menos dos horas antes de consumir, o 1 hora a temperatura ambiente y 1 en la nevera.
Para preparar la cobertura de queso batimos la crema de queso, la nata y el azúcar glas hasta conseguir una cobertura con una firmeza similar a la nata montada.
Colocamos la cobertura de queso sobre la tarta ya fría y decoramos con nuestras galletas Princesa, el contraste del ácido, dulce y crujiente de las galletas os va a encantar.