Comenzamos preparando un café y dejándolo enfriar. Yo lo he mezclado con Baileys, pero si preferís la versión sin alcohol podéis preparar un café con leche, o utilizar cualquier otro licor.
Separamos ahora las claras de las yemas
Por un lado batimos las claras de huevo a punto de nieve, hasta que tengan una textura blanca y firme, y reservamos. Podemos ayudarnos de unas varillas o de un robot de cocina.
En otro recipiente mezclamos las yemas con el azúcar hasta que conseguir una textura cremosa.
Ablandamos el queso mascarpone con la ayuda de un tenedor y lo mezclamos con las yemas y el azúcar.
Con ayuda de una espátula incorporamos cuidadosamente a la mezcla de yemas, azúcar y mascarpone las claras a punto de nieve.
Comenzamos a colocar el tiramisú en el recipiente capa a capa mojando los bizcochos en el café y preparando la primera capa.
A continuación colocamos una capa de la crema de mascarpone, otra de bizcochos y finalmente una de mascarpone.
Finalmente espolvoreamos con abundante cacao sobre la última capa de mascarpone.
Refrigeramos entre 4 y 12 horas y ¡a disfrutar!