Comenzamos mezclando la leche entera y el zumo de limón (sin pepitas) para dejar que se mezclen y formen un preparado casero similar al buttermilk americano y dejamos reposar 10 minutos. Si puedes encontrar buttermilk puedes saltarte este paso y añadir directamente 370 g de buttermilk a la receta.
Separamos las yemas y las claras de 4 huevos.
En un bol mezclamos la harina, sal, levadura y vainilla con la leche que previamente hemos mezclado con zumo de limón.
Añadimos las yemas de huevo y mezclamos de nuevo.
Con la ayuda de un tenedor o unas varillas ablandamos el queso ricota y lo añadimos a la mezcla de ingredientes.
En otro recipiente batimos las claras hasta montarlas a punto de nieve, podéis hacerlo a mano o con la ayuda de unas varillas o robot de cocina.
Con la ayuda de una espátula añadimos poco a poco el resto de ingredientes, previamente mezclados, a las claras a punto de nieve. Los mezclamos con movimientos envolventes con la ayuda de la espátula.
Engrasamos una sartén antiadherente y preparamos una a una nuestras tortitas.
Deben prepararse 1-2 minutos por cada lado. Es importante utilizar darles la vuelta a estas tortitas de ricota con delicadeza para evitar que se rompan.
Acompáñalas de tus ingredientes favoritos, tanto dulces como sálanos y ¡a disfrutar!