En un cazo ponemos la leche y la sal y calentamos hasta que comience a hervir. En ese momento retiramos del fuego.
Añadimos la harina tamizada y mezclamos con una cuchara de madera hasta que se despegue de las paredes del cazo con cuidado de que no se queme la masa.
Añadimos el huevo y mezclamos. La masa es densa, podéis utilizar unas varillas eléctricas si tenéis. Si la mezcla es demasiado densa podéis añadir una cucharada más de leche.
Dejar enfriar ligeramente y rellenar la manga pastelera, churrera o pistola de galletas.
Ponemos el aceite a calentar y freímos los churros con cuidado durante 1-2 minutos por cada lado.
Servimos recién hechos espolvoreando los churros con azúcar blanco en cantidades generosas.
Disfrutar con un buen chocolate caliente.