Pela tus tomates haciendo una X poco profunda en la parte inferior de los tomates y sumergiéndolos en agua hirviendo.
Una vez que empiece a ablandarse la piel, pásalos a un bol con agua helada, empieza a pelarlos y resérvalos.
A continuación, corta en dados los pimientos, el calabacín, la cebolla y el ajo.
En una sartén grande a fuego medio-bajo, calienta 4 cucharadas de aceite y cocina los tomates durante dos minutos y reserva la salsa de tomate.
Añade otras 2 a 4 cucharadas de aceite a la sartén y pocha el calabacín a fuego lento, hasta que esté tierno.
A continuación, añade el ajo, los pimientos y la cebolla, y deja que se cocinen juntos hasta que estén tiernos y ligeramente dorados.
Una vez que las verduras estén pochadas, añade los tomates, sazona con sal, pimienta y pimentón en polvo (opcional) y deje que se cocinen juntos lentamente durante unos minutos más.
Una vez la salsa de tomate se haya integrado bien con las verduras ya tenemos listo para servir nuestro pisto manchego.
Para acompañar nuestro pisto podemos freír unos huevos y servir junto a una buena rebanada de pan. Tostar el pan y reservar.
Servir el Pisto Manchego con el huevo frito y el pan y ¡a disfrutar!