Comienza mezclando la mantequilla aún fría, cortada en cubos, con el azúcar moreno suave. No es necesario mezclar en exceso; si utilizas un robot de cocina es suficiente con mezclar 2-3 minutos con la paleta del robot.
A continuación mezcla el resto de ingredientes secos en un bol: la harina de repostería, la harina de arroz y la sal.
Añade los ingredientes secos y mezcla de nuevo hasta conseguir la masa de galleta. Conseguirás una textura arenosa que puedes mezclar finalmente con tus manos formando una bola de masa de galleta y enfriarla 30 minutos en la nevera antes de hornearla.
Precalienta el horno a una temperatura de 160ºC con calor arriba y abajo. Para este paso, recuerda preparar un molde, puede ser alargado o redondo, con papel de hornear para que sea más fácil desmoldarlas cuando estén frías.
Ha llegado el momento de extender la base de galletas. Puedes ayudarte con una espátula o incluso un vaso o tus manos para extender mejor la masa de galletas por el molde consiguiendo una textura uniforme.
Dale forma a tus galletas antes de hornear con la ayuda de un cuchillo y un tenedor, pueden tener forma rectangular o de triángulos.
Hornea durante 40-50 minutos, a baja temperatura, hasta que observes que la masa de tus galletas se se dora en la superficie y en los extremos del molde.
Deja enfriar tus galletas de mantequilla escocesas en el molde para evitar que se rompan. Puedes repasar con un cuchillo la forma que les hayas dado y déjalas enfriar unas horas en el molde.
Sácalas del molde y sirve. Para disfrutar tus auténticas galletas de mantequilla de Ted Lasso colócalas en una bonita caja rosa y ¡a regalar!
Para conservar estas galletas escocesas puedes guardar la masa congelada y hornearlas unas horas antes de consumir.
Notas
Si queréis una buena cantidad de galletas, o si vuestro molde es muy grande (el mío es de 33 x 22,8 cm) podéis doblar las cantidades.